lunes, 22 de marzo de 2010

OODA

Impresionante articulo sobre el "camino de la reacción", espero que os gusto y sobre todo felicitar al autor por su concienzudo trabajo.

OODA: el iter hacia la reacción (Observar-Organizar-Decidir- Actuar)

Por: Ernesto Pérez Vera

"Camino
Alto y Camino Bajo, estos son los dos “caminos” que el cerebro y el cuerpo utilizan para, una vez detectada una amenaza, reaccionar ante ella. El Doctor en neurología Bruce Siddle, en uno de sus concienzudos trabajos, así lo concluyó.

Muy resumidamente, el Camino Alto consiste en:

1º.- Mediante los sentidos, principalmente el de la vista, el cerebro recibe información sobre una amenaza, o lo que es igual, un estímulo que precisa de respuesta. En este punto:
se OBSERVA.

2º.- El tálamo recibe la información que le llega desde el sentido que ha detectado la amenaza. Por tanto, el tálamo es el que ORGANIZA la información recibida.

El tálamo es una estructura neuronal que se ubica en el centro del cerebro, de ese modo está muy protegido.

3º.- La corteza cerebral recibe esos datos desde el tálamo, y comienza a evaluar la situación. En este punto se
DECIDE como actuar.

La corteza cerebral se denomina también córtex cerebral y está conformado por un conjunto de terminaciones nerviosas localizadas sobre ambos hemisferios cerebrales.

4º.- Por último, la amígdala -conjunto de neuronas cerebrales- ACTÚA y ordena al cuerpo la ejecución de una acción.

Como se puede intu
ir, cuando el organismo actúa “por este iter” es que la reacción que se precisa no lo es ante un estímulo o ataque súbito o espontáneo, de lo contrario no se consumiría tiempo en el OODA (Observar-Organizar-Decidir-Actuar). Esta es una respuesta cognitiva, o sea que se puede “meditar” aunque sea en muy brevísimo espacio de tiempo de difícil cuantificación.

Cuando se produce un ataque súbito o un estímulo espontáneo, las cosas cambian. En estos casos, la respuesta del cuerpo debe ser mucho más rápida. Hablamos de supervivencia extrema. Por ello, los pasos interiores del cerebro se acortan, se toma el “camino bajo”.
Ahora, la respuesta es totalmente emocional.

Ante una acción hostil, por total sorpresa, los pasos son los siguientes:

1º.- Como antes, y por lógica, el cerebro recibe la primera información
a través de los sentidos, casi siempre por la visión: OBSERVA.

Los datos son remitidos al tálamo, que a su vez, y sin pasar por la corteza cerebral, los manda a la amígdala.

El tálamo, como antes, ORGANIZA los datos que recibe de los sentidos.

2º.- La amígdala, de forma inmediata, establece una respuesta refleja.

Los reflejos son actos incontrolados que surgen ante sorpresas y que, en determinados casos, ayudan a la supervivencia, o la prepararan.

La amígdala “recorta” los tiempos y para aumentar las posibilidades de supervivencia:
DECIDE Y ACTUA.

3º.-Ya, en estos casos, el cuerpo experimentará cambios fisiológicos, aún si la alerta era falsa.

En estas situaciones, la respuesta es súbita y emocional. Los reflejos son actos no controlados por quien los sufre; son actos involuntarios que, de algún modo, prevén una defensa. Un típico caso de espasmo autónomo es el cierre de la laringe -larigoespasmo- en las personas que están próximas a ahogarse. El fin es obvio: evitar, en la medida de lo posible, la inundación, por agua, de los pulmones a través de las vías aéreas.

El tema que tan resumidamente hemos visto hoy, es una “ampliación” de lo que se publicó, con mi firma, el día 8 de julio de 2009 en este mismo blog. Por cierto, aquel artículo fue el que estrenó este blog, y se puede leer en este enlace:
http://tirodefensivocampodegibraltar.blogspot.com/2009/07/fisiologia-en-el-enfrentamiento-armado.html

El OODA es un sistema muy sencillo que aclara los pasos que cualquier persona sigue, quiera o no quiera, antes de tomar una decisión. Esto es aplicable en todos los órdenes, no solo a nivel táctico militar o táctico policial. De hecho, nuestro cerebro actúa de este modo en cada acción que nuestro cuerpo lleva a término.

El concepto OODA lo puso en boga, tras su amplia experiencia como piloto de combate en la IIª G.M y Corea, el Coronel John Boyd de la USAF (Fuerzas Aéreas de los Est
ados Unidos de América). Sabiendo “manejar” este sistema, podremos mandar datos erróneos a nuestro contrario y eso, en según que casos, nos podrá dar la ventaja de anticiparnos a la acción hostil. En realidad, es muy sencillo, este método lo usamos todos los días, pero cuando se trata de aplicarlo a la defensa policial o reactiva, nos cuesta más trabajo entenderlo.

Cuando subimos a ver a nuestro jefe para negociar vacaciones o subidas de sueldo, o incluso cuando vamos a realizar una venta o transacción de bienes, ya tenemos preparadas, en la mente, una serie de respuestas y preguntas; esto lo hacemos para no ser sorprendidos durante la reunión, negociación o transacción. Pues, en el tema de la defensa y reacción es igual, o debería serlo. Tener preparadas distintas respuestas de reacción en la mente, puede ayudar de forma muy positiva cuando somos acometidos por sorpresa.

Por cierto. Este Piloto, el Coronel Boyd, también descubrió, en su momento, que los mandos de los aviones de combate no estaban diseñados para tal fin. Descubrió que los ingenieros de aviónica diseñaban mandos “atractivos” pero nada operativos en situación real de total estrés (la Motora Fina o Digital se pierde muy pronto durante una situación que se prevé gravemente hostil). Por ello, cuando un piloto se entregaba al fragor del combate aéreo, no siempre podía manejar, con eficacia y soltura, los “minúsculos” mandos y botones de aviónica de su aeronave.

Tras este y otros estudios y análisis, el Coronel y algunos de sus colaboradores fueron oídos y utilizados, durante décadas, por el Pentágono. Se convirtieron en imprescindibles asesores de estrategia para combates aéreos."

lunes, 8 de marzo de 2010

"Ahora sí, ¿no?. Banda de mentirosos."


Sólo habían pasado unos meses de las elecciones del 14 de marzo de 2004. El PSOE de Zapatero había llegado al poder aupado por las algaradas callejeras que sucedieron a los atentados del 11-M, culpando al Gobierno de los crímenes por haber apoyado la guerra de Irak. Antes, la oposición socialista durante esa segunda Legislatura de José María Aznar ya había estado centrada en la denuncia de la ilegalidad de la intervención aliada en Irak para derrocar a Sadam Husein. Se acusaba al Gobierno de implicar a España en una guerra injusta e ilegal, pese a que nuestros soldados no participaron en misiones de combate. Nada más llegar a La Moncloa y sin avisar a los aliados, Zapatero ordenaba la precipitada retirada de nuestras tropas, irritando a EEUU y los otros países presentes en el país asiático.
Por ello cobra especial relevancia este
Real Decreto-Ley 8/2004, de 5 de noviembre, sobre indemnizaciones a los participantes en operaciones internacionales de paz y seguridad, elaborado por el Ministerio de Presidencia de María Teresa Fernández de la Vega. Está firmado por siete ministros del primer Gobierno Zapatero. Además de la vicepresidenta, vemos las firmas del vicepresidente segundo y ministro de Economía, Pedro Solbes; el de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos; el de Defensa, José Bono; el de Interior, José Antonio Alonso; el de Trabajo, Jesús Caldera y el de Administraciones Públicas, Jordi Sevilla.
En la Memoria Justificativa que acompaña al Decreto se incluye un listado de las operaciones del Ejército español en el exterior, en las que figura por un lado aquellas que están amparadas por resoluciones de las Naciones Unidas. Aparecen Bosnia, Burundi, Sudán, entre otras. Hasta ahí normal. Pero la sorpresa llega al ver: Abril 2003. Operación Libertad Iraquí en Irak. Y dice textualmente:



  • La participación española, amparada por las Resoluciones 1441 (2002) y 1483 (2003) y 1511 (2003), se concretó el envío de dos diferentes tipos de unidades con la misión de ayuda humanitaria y restablecimiento de la seguridad.

Por tanto, estos siete ministros del primer Gobierno Zapatero, algunos de ellos presentes sólo un año antes en las manifestaciones contra la guerra ilegal e injusta de Aznar, estamparon su firma en un Decreto que reconoce la legalidad de la intervención en Irak. Es más, ni ilegal ni, en lo que a España atañe, guerra, ya que se dice claramente que las dos misiones eran de "ayuda humanitaria" y "restablecimiento de la seguridad". Términos idénticos a los que utiliza ahora el Gobierno para negar que en Afganistán nuestras tropas estén en misión de guerra.
El Decreto nos ofrece una sorpresa más. En el apartado otras operaciones, no amparadas por Resoluciones Internacionales, se incluye la Operación Golfo Pérsico en 1990 en apoyo a la primera guerra del Golfo con una fragata de la Armada Española. Esta sí fue una guerra ilegal, según el propio lenguaje utilizado por los socialistas, de acuerdo con el Decreto elaborado por De la Vega. Entonces gobernaba Felipe González y la oposición apoyó al Gobierno, pese a que existía una gran diferencia: el PSOE envió soldados de reemplazo, no profesionales como los que se movilizaron en la segunda guerra de Irak. La hipocresía socialista queda perfectamente retratada.
El apoyo de España a la Operación Libertad Iraquí de 2003 contó, además, con el respaldo del Congreso de los Diputados que aprobó con 184 votos secretos (uno más de los que disponía el PP) la participación del Ejército español en la misión. Esto desmonta otra de las falacias que repite el Gobierno Zapatero: "ahora es el Parlamento el que, por primera vez, aprueba el envío de militares fuera de España". Es más, en aquel momento no era necesario por ley consultar al Parlamento. Ahora, el Gobierno Zapatero sí ha elaborado una ley en este sentido, cuando, en la práctica, este mismo Gobierno ha aprobado en Consejo de Ministros el envío de tropas a Afganistán antes de que se pronuncie el Congreso. En la injustísima e ilegalísima guerra de Irak fue al revés, sí tenía el visto bueno de la cámara.

A tener en cuenta.

"Los militares tendrán rango de autoridad en tareas antiterroristas"

El Gobierno aprueba hoy el decreto sobre seguridad en las Fuerzas Armadas

Los militares que participen en operaciones de vigilancia y protección, en apoyo a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, como consecuencia de atentados terroristas u otros actos ilícitos y violentos tendrán la consideración de agentes de la autoridad, lo que significa que los ciudadanos estarán obligados a seguir sus instrucciones y que se castigará con especial rigor a quienes les desobedezcan, se resistan a sus mandatos o les agredan verbal o físicamente. Así lo dispone el Real Decreto sobre seguridad en las Fuerzas Armadas que hoy tiene previsto aprobar el Consejo de Ministros, a propuesta de la titular de Defensa, Carme Chacón.
Esta norma viene a subsanar la falta de protección legal de los miembros de las Fuerzas Armadas que participan en operaciones de vigilancia de infraestructuras esenciales, como estaciones de tren o centrales eléctricas, cuando se ponen en marcha las operaciones de alerta por riesgo de atentado terrorista. En la práctica, no podían dar órdenes a civiles o pedirles que se identificaran, por lo que siempre debían actuar acompañados por la Guardia Civil.
El decreto desarrolla la Ley de la Carrera Militar de 2007, que ya atribuía la condición de agentes de la autoridad a los miembros de la Unidad Militar de Emergencias (UME), especializada en la lucha contra incendios forestales y catástrofes naturales o provocadas, y a los agentes de la Policía Militar, Naval y Aérea. La novedad es que se amplía tal condición a todos los miembros de las Fuerzas Armadas que intervengan ante cualquier tipo de calamidad, a los que participen en operaciones de protección antiterrorista y también a las dotaciones de la Armada que realicen funciones de "vigilancia y seguridad marítima".

Identificación visible

Los militares sólo podrán desarrollar estas tareas "en ejecución de decisiones tomadas por la autoridad con competencia para ello" y deberán llevar "una identificación fácilmente visible en el uniforme que les acredite como agentes de la autoridad". Además, recibirán "la formación y preparación adecuadas", dentro de los planes de formación militar, "con el fin de que conozcan sus obligaciones y derechos".
El decreto, que regula los planes de seguridad de las instalaciones militares, la participación de empresas privadas en su custodia, la organización de las guardias o el estatuto del centinela, señala que a la hora de planificar los turnos de vigilancia se intentarán atender las medidas de conciliación de la vida laboral y familiar, "especialmente las de maternidad" y que, en caso de que exista una amenaza, se "podrá hacer uso gradual y proporcionado del arma, procurando causar la menor lesividad posible".